La bahía de Portman era hace tan solo sesenta años uno de los paisajes más bonitos del Mediterraneo. Un puerto natural que ya era utilizado por los Romanos, incluso durante la primera mitad del siglo XX permitía el atraque de grandes buques ya que disponía de un muelle para este fin.
La historia negra tiene un nombre propio, la empresa minera Peñarroya.
Peñarroya era la empresa concesionaria de la Sierra Minera de La Unión donde se extraía un mineral complejo de calcopirita, galena y piritas. Para su procesamiento necesitaban disponer de un lavadero de mineral, el llamado Lavadero Roberto, y por supuesto tenían el grave problema de los lodos, por lo que en los años cincuenta solicitaron hasta en tres ocasiones un vertido directo de estos al mar.
En dos ocasiones se lo denegaron y la tercera vez, en 1958, obtuvo una autorización aunque con condiciones importantes:
- Los vertidos se harían por tubería submarina y nunca a menos a 400 metros de la costa
- Indemnizaciones a los pescadores
- Prohibición de aumentar el número de lavaderos ni su capacidad a no ser que se construyeran balsas de almacenamiento de estériles en tierra.
- Si se demostraban daños al medio ambiente los vertidos serían paralizados.
Todavía hoy nos sorprende esta autorización (aunque nunca debió realizarse) ya que era muy avanzada para su tiempo.
Pero estas condiciones no se cumplieron y la empresa presionó y consiguió una nueva autorización mucho más liviana con la teoría de que los estériles serían arrastrados mar adentro.
En los años 60 ya era más que evidente que los vertidos no iban mar a dentro, todo lo contrario, colmataban la bahía hasta tal punto que impedían la entrada de barcos. Empezaron las denuncias tanto desde la Jefatura de Minas como desde La Dirección de Costas.
Pero la intención de la empresa era contraria, en 1964 solicitó ampliar producción y el lavadero y con ello los vertidos, a cambio construiría un puerto, el puerto de Cabo de Palos, y además entregaría cuatro millones de pesetas de la época como indemnizaciones a los pescadores.
La propuesta gustó a los pescadores que tendrían puerto y dinero líquido y al Ministerio de Turismo que veía una oportunidad para sus planes de desarrollo de La Manga. El único que se opuso fue el Ayuntamiento de La Unión, el gran perdedor con el acuerdo ya que hipotecaba, como así ocurrió, a su municipio en materia de turismo.
El 21 de Julio de 1969 se dictó una orden donde se eliminaban todos los condicionantes de vertido al mar.
Los vertidos terminaron siendo incontrolados y con ellos la muerte de la Bahía de Portman.
Los años 80 fueron decisivos, se hicieron importantes protestas siendo muy sonada a nivel internacional la realizada por Greenpeace en 1986, donde varios activistas de la Asociación se encadenaron a la tubería y la llegaron a taponar.
En 1988 la empresa Peñarroya-España vende la mina a Portman Golf y deja la patata caliente de la bahía a los nuevos dueños y de forma solidaria a la Administración.
Los vertidos se mantuvieron hasta 1990 donde se cerraron definitivamente. Al acto asistió el entonces presidente de la Comunidad de Murcia, D. Carlos Collado Mena, que por medio de un walkie-talkie dijo la famosa y esperada frase «Atención lavadero, cesen los vertidos».
Después de más de treinta años de vertidos el resultado es que una bahía que era especialmente bella y refugio natural del mar hoy esté completamente colmatada por residuos del Lavadero Roberto con altos contenidos en metales pesados, cianuros y sulfatos.
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Pasados veinte años la Bahía de Portman continua colmatada aunque ya se disponen de avances, será la Administración la encargada de la regeneración de la bahía. En 2011 se aprobó un presupuesto de cerca de 80 millones de euros a tal fin pero al subir al poder el Gobierno del PP el proyecto se paralizó.
Recientemente parece que ha habido algún avance parcial y se ha aprobado una fase de las obras por valor de 35 millones de euros.
Enlace: Medio Ambiente culmina el proyecto para la primera fase de Portmán.
Otro enlace de interés
La foto de la protesta de Portman que dio la vuelta al mundo
Esperamos ver la Bahía de nuevo como lo que en su momento era, una bahía limpia, puerto natural y en paz con el medio ambiente.
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